Los bajos de Sabin Etxea.- Desde mi baserri
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Juan de Etxano
José llega al baserri con nuevos datos del escándalo inmobiliario de Fertiberia y Iurbentia en el municipio de Barakaldo en el que, además, de otras gentes, aparecen un significado miembro del PNV. "Es -dice-, uno de los que fueron depurados de la dirección del PNV por dedicarse a los negocios y a la acción política; no se sabe si primaba lo uno sobre lo otro, o lo uno servía a lo otro.
En la época en que fueron desalojados del los puestos de responsabilidad del PNV -dice José -, operaban para hacer política o para hacer negocios en los bajos de Sabin Etxea. "¿En los bajos fondos quieres decir?", pregunto. No exactamente. Es que utilizaban el restaurante de la sede del PNV, que es un enorme sótano, dice José.
Fueron dos personajes, Karmelo Intxausti y Josu (Jesús Mari) Olazaran los que dejaron de ser miembros del BBB debido a aquellas prácticas, que no eran dolosas, sin duda, pero que se alejaban de la actividad política pura y dura que se suponía debían tener desde la dirección del PNV. Aquello supuso un pequeño trauma en el aparato de Bizkaia sin mayores consecuencias en aquel momento, pero más tarde se comprobó que eran personajes que supieron esperar y lanzar a todos sus efectivos políticos en la sustitución de Arzalluz.
¿Y quiénes eran? Pues los tres eran Olazaran, Aurtenetxe, y Karmelo Intxausti, que más o menos, pero más bien más, controlaban el aparato de Bizkaia, aunque también tenían anticuerpos de aquellos que no resultaban beneficiados de sus acciones. Por eso, en las elecciones para presidente del EBB en Bizkaia, los resultados no fueron por goleada a favor de Josu Jon Imaz como se esperaba.
¿Tanta fuerza tenían? De lostres, salvo Aurtenetxe, ninguno era empresario ni tenía experiencia alguna en empresas de cualquier índole. Después de su paso por el aparato del PNV, todos ellos tienen empresas, participaciones en empresas hasta ocupar cargos en el consejo de algunas de ellas y hasta uno de ellos tiene una empresa mediana propia.
Lo primero importante que hicieron -explica-, fue asociarse con la empresa Alfus, ydespués de capitalizarla vendieron parte a una gran empresa madrileña, de los Koplovicht, y desde ahí a ampliar sus horizontes hasta tener intereses que poco a poco se van a ir conociendo, seguramente porque hay gente del propio partido que está cansada de que se aprovechen, aunque sea legítimamente, de la influencia política para los negocios, y sobre todo para los negocios y el medrar particular.
Pero todo eso que cuentas son prácticas normales en el mundo empresarial y político de hoy en día. No hay por qué escandalizarse, digo. "También la máxima de la mafia italiana es que nada hay personal en sus acciones, que lo que hacen es sólo por negocios. Si aplicas el cuento, ¿quiere decir que en la defensa de los intereses comunes, es todo negocio?
Transcurrido un rato en un silencio incómodo, José pregunta: "¿Y?". ¿Quieres tomar algo fuerte?, le digo.