Me registré el 12 de febrero y, desde entonces, he escrito 175 post.
En este tiempo, me han llamado dos personas, molestas con lo que había escrito. Enfadadas pero educadas. Les reconocí mi error, les pedí disculpas e inmediatamente eliminé los post, tal como me solicitaban.
También modifiqué algunos post tras hablar un buen rato con otra persona y hacerme saber la razón de sus decisiones.
He criticado a la mayoría de concejales del ayuntamiento y a casi todos los miembros de la Junta Municipal, y también al ex concejal de EA.
Me han atacado duramente varios usuarios y a otros, aunque respetuosamente, se ve que no les caigo bien.No se han contentado con hablar de mi, sino también de mi familia. Yo no he hablado de la de nadie, que recuerde.
A veces, alguien ha salido en mi defensa y varios usuarios me han enviado mensajes privados de ánimo y apoyo.
Algunas personas han dejado de saludarme, a pesar de que yo les saludo educadamente.
Soy de los pocos que no se esconden y, desde el principio, aunque con sobrenombre, me identifiqué. He dado la ventaja de decir quien soy a los que aparecen, me vilipendean, y se vuelven a esconder detras del camuflaje del sobrenombre. He absorbido los ataques. Yo, quizás, he perdido así, pero, quizás, otros, han salido ganando así porque han gozado de tranquilidad. ¿Alguien se ha dado cuenta?
Se han dicho muchas mentiras sobre mi, y se iran demostrando según vayan pasando los días, por sí solos. Me pregunto si, entonces, aparecerá alguien para reconocer su mentira, disculparse y etc... El tiempo hablará.
¿El club de pelota funcionaría mejor si no lo llevara yo?. Quizás, al menos, sería mejor visto, pienso. ¡Ójala aparezca esa persona!. Me iría sin más. Estoy cansado del día a día.
El poder es un gran ejército y yo he salido a atacar a cara descubierta. Toda mi vida está sembrada de errores, pero me gusta elegir y equivocarme. Tengo ese derecho. Pero, ¿para quien batallo yo?. No lo sé, ciertamente.
Tengo lo que tengo, no es mucho, tal vez sea poco. Pero es lo que hay, no vale lamentarse. Hay que seguir andando camino, no me satisface estar quieto. Es lo que vi toda la vida en mi ama, con las alpargatas rotas o sin ellas, pero caminaba siempre.
Un beso, Teresa.