Suponeos que un alcalde de un pueblo cualquiera, ofrece una casa de protección local a un miembro de su corporación, o a un trabajador o trabajadora municipal. Sin entrar en el sorteo, claro, y al mismo precio que a los del sorteo.
De entrada, ese alcalde ha incurrido en un delito penado por la ley: cohecho.
Las 2 personas a las que se lo han ofrecido, si hubieran aceptado también habrían incurrido en el mismo delito de cohecho.
Ahora bien; en un juicio tendríamos:
1.- La palabra del alcalde.
2.- La palabra del que ha rechazado la casa.
3.- La palabra de la que ha rechazado la casa.
4.- Yo, porque el del punto 2 me lo contó (supongamos).
5.- Una "amiga" de la del punto 3, a la que se lo contaron.
6.- Seguro que el alcalde prometió casas a más, y seguro que esos se lo contaron a más gente.
A ver qué pasa el día que se empiece a tirar del hilo.